viernes, 13 de marzo de 2009

Socialismo Y Falacia Referencial


En realidad, la degradación de la democracia crea seres
arrogantes que esconden una profunda debilidad.
Helena Béjar. El ámbito íntimo. Privacidad,
Individualismo y modernidad.



- Se cercenaron todas las estructuras sintácticas en el discurso gubernamental. Se percibe una enorme entropía en el lenguaje, en el mensaje, en la información, en el habla, en la norma, en las palabras gramaticales y en las palabras fonológicas, en la discernibilidad de los elementos de expresión. A veces sentimos una especie de redundancia y ruido, pero no, ni siquiera son esas categorías; no existe fonética articulatoria, las vocales se clasifican generalmente con arreglo a tres dimensiones articulatorias esenciales: la primera, el grado de abertura de la boca (cerradas / abiertas); la posición de la parte más alta de la lengua (anteriores / posteriores), y la posición de los labios (labializadas / no labializadas), nada de esas categorías existen. La voz y el tono son formas vacías y ausentes de contenido. Se siente únicamente una fuerza autoritaria que ansía insaciablemente, en una especie de distorsión vocal, el dominio eterno de las almas, de los seres, de la vida. Se desvanecieron los elementos básicos de las estructuras profundas y superficiales de la oración. La gramática formal y la gramática generativa busca incesantemente a un sujeto con verbo y predicado que logre transmitir un morfema coherente a sus interlocutores. Que pensarían Charles Hockett y N. Chomsky pilares fundacionales de los estudios más elementales de la ciencia lingüística.

- Desde la perspectiva semiótica un solo significante (es la imagen acústica, como parte integrante del signo para que exista la unidad lingüística, con la intención de transmitir un verdadero parlamento, diálogo, conversación, debate) transmite contenidos diferentes y relacionados entre sí y que, por tanto, lo que se llama mensaje, es, la mayoría de las veces, un texto cuyo contenido es un discurso a varios niveles. Este discurso se dirige a un referente. Un referente puede ser el objeto nombrado o designado por una expresión, cuando se usa el lenguaje para mencionar estados del mundo con sentido verdadero, veraz, apropiado; a su vez una expresión no designa solamente un objeto, sino que también transmite un sentido con contenido cultural. Este contenido cultural constituye el modo como piensa y habla una sociedad y determina el grado de unidades culturales ideológicas que forman parte de ella: su historia, sus tradiciones, su identidad cultural, sus costumbres, su manera de ser, su manera de pensar, sentir y difundir lo que siente y piensa.

- Ahora bien, este mensaje no existe, está ausente, íntimamente ligado a una contradicción hilvanada con la nada y el vacío. Se hace autoritario, impositivo, draconiano. Nos encontramos en esta postrera situación social venezolana en un mesianismo presidencial sujeto a una falacia referencial. A un aparato transmisor que decide transmitir una cadena de mentiras. En este sentido, siempre que se manifieste una posibilidad de mentir estamos ante una función semiótica. Función semiótica significa posibilidad de significar (y, por tanto, de comunicar) algo a lo que no corresponde un determinado estado real de hechos. Siempre que hay mentira, hay significación. Siempre que hay significación, se da la posibilidad de usarla para mentir. Es así como nos hallamos con una serie de mensajes sin contenido, imbuidos de falsa conciencia y de un gran resentimiento social.

- Qué emerge, en consecuencia, ante esta falacia referencial desprovista de unidad cultural ideológica, sentido, veracidad, referente. Una situación social de miedo. El miedo consigue mucho más todavía que la violencia, su más allegado aliado. Los rumores son más valiosos que los hechos. Lo indeterminado resulta más amenazante. Por esa razón se prefiere esconder el aparato del horror. Con la intimidación se amenaza desde el gobierno. Se cuenta con el miedo y la violencia con la sensación de crear y alcanzar visiones apocalípticas. Se quiere hacer creer que se es capaz de provocar el fin del mundo. Se debe mostrar que se posee una potencia ilimitada (ventajismo obsceno de los bienes públicos de los ciudadanos de la República) y que no se vacilará en desencadenarla en la guerra, aun cuando no haya acciones en curso. A este resultado de un uso extremo de la falacia referencial gubernamental, contribuyen especialmente aquellas fases que se han denominado como guerra de nervios. Este tipo de guerra busca y presupondrá siempre una suma de desmoronamientos singulares. El estado se queda vacío en sus “guías”. Sus funcionarios sucumben a la tentación y seducción de la tensión nihilista. Se da el pacto con la nada. Se instaura y nace así la tiranía dando paso a los dictadores o el dictador. Se impone el sinsentido, la desesperanza y el pesimismo. Las almas tristes hacen su aparición y el culto al neomesianismo se patentiza.

- No queremos cambios de opinión, deseamos transformaciones democráticas, no necesitamos un AMO eterno, deseamos una PAZ perpetua. Emmanuel Kant Al despotismo contrapone Kant el republicanismo. Despotismo y constitución republicana son dos formas contrapuestas de gobierno (formae regiminis) diferenciadas entre sí por el distinto modo de utilización del poder del Estado. Es por eso que mi estado conductual debe respetarse primero así mismo, para poder entender, comprender y respetar a los demás, a mi entorno social. No traicionaré mis lecturas que han enriquecido mi historia personal durante 40 años de los 51 que tengo de existencia. No me dejaré confundir y no me tendrá como un súbdito. No lucharé por mi esclavitud como si fuera mi emancipación. Lucho contra todas las formas de esclavitud que en este siglo XXI en cualquier sociedad del mundo haga su aparición. Lucharé contra todo aquello que me impida ser Yo mismo. Ecce homo o como llegar a ser lo que se es. Es un devenir permanente de cambios en mí ser a través del arte, la música, las lecturas, las experiencias sociales, la gobernabilidad, el servicio y la atención del público. Es por eso que el modo despótico de gobierno se caracteriza por la utilización particular del gobernante: gobierno bajo el cual el soberano trata al pueblo como si fuera su propiedad. (Kant: La paz perpetua). Se da, como lo estamos viendo, una separación inevitable, mezquina y penosa del poder ejecutivo y del legislativo. Los principios de libertad e igualdad, que fundamentan una constitución republicana o la participación general de sus ciudadanos de una Nación en las transformaciones vitales e históricas de nuestra sociedad, quedan escindidas, disminuidas, reducidas a los caprichos de un Yo mesiánico que reúne en su interioridad las formas más perniciosas del proyecto incompleto de la modernidad: vacío, despotismo, tiranía, fascismo, dictadura, pacto con la nada, tentáculos de poder, absolutismo, autocracia, abuso de poder, intolerancia, represión, castigo, control e incluso, la forma más deslegitimada del poder en pleno siglo XXI, feudalismo. (Anthony Giddens: Modernidad e identidad del yo. El yo y la sociedad en la época contemporánea).

- Es por eso que el método más eficaz de hacerse amigos fieles es felicitarles por sus fracasos. Esta es la cualidad del Amo en su permanencia.

- ¿Para qué servirá nuestro cuerpo sino para hacernos comprender lo que la palabra torturador significa? Abrid bien los ojos ante el panóptico instaurado subliminalmente sobre nuestros y vuestros cuerpos. También y más patente aún, sobre la de ellos.

- Siempre hay alguien por encima de uno: más allá del propio Dios se eleva la Nada.

- La cantidad de vacío acumulado por el Yo, conservado al mismo tiempo bajo un estatuto de individuo. ¡El milagro de no haber reventado bajo el peso de tanta inexistencia!

- Estamos ante una forma de poder que no puede ejercerse sin conocer el interior de las mentes de la gente, sin explorar sus almas. Sin hacerles revelar sus más recónditos secretos. Esto va a implicar un conocimiento de la conciencia y una habilidad para dirigirla. Ahora bien, nos encontramos con dos nociones elementales estudiadas por Freud en el Malestar de la Cultura y que se identifican en la modernidad, sobre todo en el cuerpo narcisista y yoista muy vinculadas al poder. El cuerpo histérico que utiliza sobre todo la represión: sustrae a la conciencia todas las representaciones sexuales; como medida de protección rompe la continuidad psicológica, y en sus “síncopes psíquicos” aparecen la inconciencia, el olvido, la indiferencia, que constituyen la aparente despreocupación del histérico; quiebra también la unidad del cuerpo para borrar de él todos los símbolos y todos los sustitutos de la sexualidad: así aparecen las anestesias y las parálisis histéricas; y el cuerpo paranoico que se caracteriza sobre todo por los mecanismos de proyección, introyección y es delirante, perseguido y perseguidor a la vez; reconoce en el corazón de los demás sus propios deseos y sus propios odios, ama lo que quiere destruir, se identifica con lo que odia. Este se justifica atribuyendo a los otros, mediante la proyección, sentimientos que llevan en sí su propia contradicción; distribuye en los demás los elementos de su ambivalencia y enmascara su angustia bajo las formas de su agresividad. (Léase M. Foucault: Enfermedad mental y personalidad. Paidós).

- Nos encontramos con el momento más operacional de la indiferencia, la más obscena, sicalíptica, derrochadora forma de ejercicio de poder: la política como espectáculo, show, alarde, exhibición. La indiferencia que presenciamos hacia el tiempo histórico, cualidad vital de toda instancia re-evolucionaria da fundamento a interpretar lo que vivimos hoy como la germinación de un narcisismo colectivo, síntoma social de la crisis generalizada de este capitalismo de estado burgués, incapaz de afrontar el futuro si no es en la desesperación. Dirá G. Lipovetsky en La era del vacío: De este modo el narcisismo realiza una extraña humanización ahondando en la fragmentación social: solución económica a la dispersión generalizada, el narcisismo, en una circularidad perfecta, adapta el Yo al mundo en el que nace. El amaestramiento social ya no se realiza por imposición disciplinaria ni tan sólo por sublimación, se efectúa por autoseducción. El narcisismo, nueva tecnología de control flexible y autogestionado, socializa desocializando, pone a los individuos de acuerdo con un proyecto social pulverizado, mientras glorifica el reino de la expansión del Ego puro.

- Vemos como el abuso de poder, el ventajismo del Estado utiliza los recursos vitales para el desarrollo de un pueblo en excesos de imágenes: publicidad, vallas, avisos, propaganda; el objetivo acelerar la realización de la personalización del Yo mesiánico. Es así como esa lógica de la personalización genera una indiferencia hacia los ídolos, hecha de un falso entusiasmo pasajero y de abandono instantáneo. F. Nietzsche lo recreará de la siguiente forma: ¡De tanto idolatrar, idolatrar, idolatrar; no vaya a ser que algún día esa estatua se caiga y os aplaste! (Nietzsche: El crepúsculo de los ídolos. Alianza Editorial)

- Con este personalismo mesiánico se abre la posibilidad de una era (ojalá que NO) de violencia total de la sociedad (de todas formas hemos interiorizado el espíritu democrático y la tolerancia, esa es nuestra gran fuerza y voluntad de fe) contra un capitalismo de Estado, una de cuyas consecuencias será una violencia no menos ilimitada del Estado sobre la sociedad, o sea el Terror como un modo moderno de gobierno por una violencia ejercida en masa, no sólo contra la oposición sino contra los partidarios del régimen. Vemos como esta fase del personalismo (10 años y 875 mil millones de dólares despilfarrados) “revolucionario” expira ante nuestros ojos. El personalismo contribuye desde ahora a eliminar la ideología de la lucha de clases. En los países occidentales desarrollados, la era revolucionaria ha concluido, la lucha de clases se ha institucionalizado, ya no es portadora de una discontinuidad histórica, los países revolucionarios son totalmente decadentes. Tienen que darse cuenta. Somos protagonistas de este gran declive. De este inmenso ocaso. “Revolución” pura del desempleo, inseguridad, atención y servicios públicos, salud, alimentación, producción, gerencia, visión y misión.

- La condición humana se identifica siempre con la libertad.



Multiplicad las voces.

Lic. Alberto Borregales

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